Me meto en la cama un día más. Uno más para la colección. No duermo, lo único que hago es pensar. ¿Por qué personas que no moverían un dedo por mí ocupan todos mis pensamientos y lágrimas? Maldita sea. He vuelto a caer. Ojalá pudiese llenar un folio en blanco con todos mis sentimientos y con toda mi esencia, pero no puedo, me sobrepasa, pero este es mi último recurso para desahogarme ya que he decidido no confiar en nadie. Nadie. Pero esta es otra de las cosas que me superan porque yo soy muy dependiente de la gente, intento involucrarme demás en una relación, dar lo mejor de mí, ¿para qué? para nada. Y volvemos al punto de partida. Volvemos porque me han decepcionado una vez más. Una vez más en la que pensabas que por fin lo tenías todo lo que podías desear, pero bah, todos han fallado.
No sentirte cómodo con nadie porque nadie te comprende, porque nadie muestra interés en ti. No significa que la gente tiene que estar todo el rato encima tuyo, no, tiene que ser algo mutuo, entre dos personas, no solo una. No, no, no, esto no es como debería ser.
Ahora solo me he convertido en el segundo plato de la gente y lo odio con todo mi ser; porque cuando te llega alguien con esos "te quiero" falsos (que pocas veces son) lo único que pienso es: ¿para qué mientes? ¿cómo me vas a querer si estoy hecha pedazos? No lo repitas.
A veces solo pienso en decirle en la gente lo bien que pienso sobre ellos, lo que me gusta su personalidad, lo que valen, pero bah, ¿para qué? si ellos no hacen ni lo más mínimo por mí. Si cuando lo voy a hacer ya me han vuelto a decepcionar.
Da igual, pienso, sé que algún día llegará esa gente con la que me sentiré cómoda.
Lo último que se pierde es la esperanza.
Y me quedo profundamente dormida entre lágrimas.
